Una de las frases que más se me han quedado grabadas, tanto por el miedo que me dio en un principio, como por la risa (que también me dio) con posterioridad, fue la esgrimida por mi sobrina pequeña hace unos años. Me dijo: “tía, si no tienes Facebook, no eres nadie”. Ella se quedó tan ancha y siguió con sus cosas. Yo me quedé ojiplática y estuve sin dormir tres noches. Huelga decir que, tras la falta de conocimiento de Facebook, vino Twitter e Instagram, sin conocimiento alguno tampoco.

Como pude, fui recomponiendo mi maltrecho orgullo, y poco a poco, me di cuenta que la cosa no era para tanto. Los amigos me seguían llamando, aunque dejé de asistir a algún evento, no por falta de ganas, sino más bien de información, ya que habían quedado a través de Facebook y nadie se había acordado que yo no lo tenía… por cierto, ¿caralibro? Vamos, que perdió la sesera el “pone nombres a las cosas de turno”.

Ahora me encuentro sin Facebook y sin trabajo, y me dispongo a buscarlo en una página de internet, porque cuando sí me ha quedado claro que no soy nadie, es yendo a entregar los curriculum a mano.

Como soy una mujer moderna, aunque no esté en Linkeldn, sé que no estoy preparada para el tema de la Web, así que empiezo descartando aquellos oficios que, a ciencia cierta, no están hechos para mi intelecto. Véanse, los relacionados con el mundillo de las redes y demás cosas que expulsa mi ordenador constantemente y de forma machacona. Así, descarto de manera inmediata, todos aquellos que me suenan a teclado, como por ejemplo analista web, especialista en posicionamiento web, responsable e-Commerce y de contenido digital, desarrollador de Apps, digital marketing manager, Social Media Manager, experto en comunicación digital, etc.

Olga, eres la monda, me digo halagándome y sacando pecho. Has sido capaz de descartar unas mil doscientas ofertas, sólo por el nombre, ¿será que de verdad eres moderna?

En ese punto exacto del proceso, paro un poco, eliminar ofertas como la de “desarrollador de APPs” sin saber lo que es una APP, o como “responsable de e-Commerce” sin saber lo que es el e-commerce, me tiene agotada. Además, me suena el teléfono y aprovecho. Es un amigo, al que le cuento lo que estoy haciendo, y más puesto en estos menesteres que yo, me dice que elimine también las ofertas que busquen perfiles STEM. ¿Perfiles STEMM?, claro, claro, contesto. Cuelgo e inmediatamente me voy a consultar a mi amigo “GO”, que es como llamo cariñosamente a Google. Y va y me dice que STEM es un acrónimo de Science, Technology, Engineering y Mathematcis. ¡Madre del Carmen!, me digo. Pues sí, va a ser mejor que elimine los stemes esos.

Ahora, las ofertas se rebajan en mil quinientas. No pasa nada, todavía me quedan muchas.

Sigo leyendo y me encuentros términos como estos: especialista en big data, Chief data officer(CDO), product manager, medical advisor, narrow caster, desarrollador, ciberseguridad, enfermeros de salud medioambiental, médico gestor de casos, especialistas en bioimpresión 3D, especialista en gamificacion , brand manager, account manager, marketing manager, growth hacker,  creativos emocionales, coach, community manager, video engineer, Controller, HR Business partner…

¡¡¡BASTAAAA!!! ¿Pero estamos locos? ¿Será posible que no entienda nada de nada? ¿Pero en qué momento me he dado un golpe en la cabeza y he dejado de hablar el mismo idioma que mis congéneres? Todos eliminados, pero a la voz de ¡AR! No me importa que sólo me queden ya trescientas ofertas para poder mirar, tras haber eliminado veintisiete mil cuatrocientas catorce.

De las restantes ofertas, casi todas llevan en el enunciado algunos “palabros” como leader, Ceo, design, business, marketing, manager, project, stand, merchandiser, retail, office… Que no, que no es un problema de inglés, que lo entiendo. Pero también doy por sentado, que en un enunciado donde no ponga en español líder, director ejecutivo, diseño, publicidad, gerente, proyecto, puesto, al por menor u oficina, lo que están buscando es otra cosa, a saber, una persona que sea algo más que un gerente, o más que un publicitario, o que sepa mucho más de diseño que nadie.

Y claro, elimino todas estas ofertas y sale un cartelito que pone “no se han encontrado coincidencias”.

Oye, ¿ya no hacen falta telefonistas de toda la vida?

O.P.E.